Bien una parte de mí, la que siempre esta en contacto directo con la realidad sufre varios cambios y alteraciones dependiendo del grupo social en el que me encuentre, y lo familiarizada que este con el, así que en mi día a día se encontraran con tantas personajes y roles como una obra.
La primera en el día es cuando despierto, una versión simple y adormilada de mi persona debe tiene que lidiar con el tiempo y su cabello; después viene la del transporte, esa que simplemente se sienta y espera que el conductor tenga la decencia de ir a una velocidad promedio para llegar a tiempo a mi destino (venga que estoy medio traumada con llegar tarde); entonces vemos la que pasa mas tiempo cambiando, la escuela. Mi personalidad en la escuela es, por decirlo amablemente, pasiva y aun aquí hay unas sub-personalidades ya que varían dependiendo con quien me encuentre; no es lo mismo hablar con un profesor que echarle bronca a un idiota insoportable. Entonces regresa mi yo-transporte y cuando llego a casa siento un tipo de liberación.
Me agrada mi casa porque aquí puedo aparentar mi verdadero ser esa verdadera expresión de mi misma la cual pocas veces muestro porque no me siento cómoda. Y solo me siento cómoda lejos de aquí, donde no hay nadie vigilándome y donde sin importar las estupideces, tonterías o locuras que haga o diga nadie me juzgara, porque simplemente no me conocen. No conocen la verdad y se quedan con mi linda (gorda) apariencia, ese yo que no le interesa coquetear con alguien y que es una cabrona por gusto, ese yo donde el ser una maldita esta bien y cosas como la bondad, generosidad y compasión no existen, no porque no crea en ellas sino porque nadie pide conocerlas.
¡Y lo odio! Odio que todos se queden con la superficialidad que les muestro, odio que no tengan el valor o interés de ver mas allá de mi persona, pero sobre todo odio no mostrarme como soy. Porque nadie me conoce realmente, nadie sabe de esta vida y aquellos que saben no puedo atosigarlos con mis quejas y berrinches emocionales. No puedo compartir lo que en realidad siento, porque me salen con la estupidez de “es que tu no eras así” sin saber que ¡siempre eh sido así!
Siempre eh tenido este tipo de sentimientos sucios y oscuros, que no hable de ellos es otra cosa. ¡Y me odio! Por no expresar realmente lo que soy, por tener esa esperanza que algún día alguien tendrá la fuerza suficiente para hacerme frente, porque oh! nunca les dejo el camino fácil, ¿O acaso creen que por encontrar mi blog o algún cuaderno donde hable sobre como me siento realmente les dejare ayudarme? Noooo, estoy tan jodidamente enferma que cuando alguien por fin me hace frente me digno, utilizo todo mi poder para convencerles que estoy bien (WTF!?) o me peleo con ellos. ¿Y qué hacen mis nobles salvadores? Me creen (o dejan de hablarme) y permiten que me mate de esta hermosa manera donde ¡Ayuda! y ¡Aléjate! son gritados con la misma fuerza.
P.D. Que cuente, creo fielmente en que si una persona sabe lo que hace y conoce todas las concecuencias, no se debe intentar cambiar su pensamiento.